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Pastelería Delocious
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Pastelería Delocious
Recuerdo del primer mensaje :
Pequeña y colorida pastelería y heladería que cuenta con los mejores sabores de la ciudad. Es un lugar perfecto para comprar unos pasteles para una reunión de amigos o simplemente sentarse en una de sus mesas para disfrutar de un cafe con un delicioso pastel o de un helado con sabores comunes o los más estrambóticos para los más atrevidos.
Pequeña y colorida pastelería y heladería que cuenta con los mejores sabores de la ciudad. Es un lugar perfecto para comprar unos pasteles para una reunión de amigos o simplemente sentarse en una de sus mesas para disfrutar de un cafe con un delicioso pastel o de un helado con sabores comunes o los más estrambóticos para los más atrevidos.
Dimitri Ruvanof- Mensajes : 46
Re: Pastelería Delocious
Niccolò siempre había roto sus esquemas más racionales, y ahí estaba para seguir haciéndolo. Quizá por eso aún no se había enamorado, porque nunca se había permitido llevar por su lado más salvaje en eso que llamaban "amor". De todos modos, a lo largo de esos años, había desarrollado un concepto diferente del de su amigo. -¿Y porque no? Se supone que si estas enamorado no dejas de pensar en dicha persona- Le rebatió rápidamente. Era una justificación bastante burda. Pero no iba a ponerse a explicar su filosofía más práctica y racional que sabía que de primeras no sería capaz de entender. Se sonrojó aún más cuando la dejó en evidencia por interpretar sus palabras de manera sexual. Todos sus músculos se tensaron mientras su mente se quedó en blanco tratando de encontrar una respuesta audaz, pero no existía. -Yo...- Cerró los ojos y se puso seria. No podía dejar que la intimidara, pues era lo que trataba. -Fuiste tú quien le diste esa connotación, así que no intentes darle la vuelta ahora a tus palabras- Dijo tajante, para que viese que no se achicaba ante esos temas. Aunque en verdad así fuera. -O quizá si significa lo que tú dices ahora y no seas tan bueno...- Dijo tratando de picarlo ahora ella a él. Durante toda esa charla se estaba llevando ventaja en todas las riñas, no podía permitirlo.
-Para el semestre que viene tengo que presentar un proyecto. Consiste básicamente en preparar un desfile con mis diseños- Le contó con cierta ilusión. Lo estaría más si lo tuviera más avanzado. -Te daré entradas en primera fila- Le prometió, aunque aún ni siquiera sabía la ubicación en la que se celebraría el desfile. -No me olvidaré- Terminó de decirle antes los nuevos planes para viajar a Italia cuando terminara. -Estaba pasando una mala racha con mis padres, y la rebeldía de la pre adolescencia es muy mala...- En ese momento volvió a la cabeza la situación de su padre, lo que convirtió su mueca divertida en una bastante más tensa.
-Para el semestre que viene tengo que presentar un proyecto. Consiste básicamente en preparar un desfile con mis diseños- Le contó con cierta ilusión. Lo estaría más si lo tuviera más avanzado. -Te daré entradas en primera fila- Le prometió, aunque aún ni siquiera sabía la ubicación en la que se celebraría el desfile. -No me olvidaré- Terminó de decirle antes los nuevos planes para viajar a Italia cuando terminara. -Estaba pasando una mala racha con mis padres, y la rebeldía de la pre adolescencia es muy mala...- En ese momento volvió a la cabeza la situación de su padre, lo que convirtió su mueca divertida en una bastante más tensa.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
-Ahí está el detalle- movió la cuchara para enfatizar sus palabras -Como sólo piensas en esa persona especial, ya no le haces caso a lo demás- explicó cómo si fuera un experto en el asunto. Su sonrisa de ensanchó al ver que Rose se sonrojaba, trayendo a su memoria todas las veces que la hizo enojar y ella se ponía tan roja que parecía que fuera a explotar. -¿Yo? Claro que no, soy un caballero, jamás tocaría esos temas en frente de una dama- aseguró sin poder contener la risa que le causaba ver a Rosalie tan descolocada. Auch, aquello había sido un ataque directo a su ego y por más que intentó morderse la lengua para no dejarse llevar por su insinuación, no pudo evitarlo -Tendrás que quedarte con la duda... A menos que quieras comprobarlo por ti misma- al final cambió el tono de voz por uno sugerente mientras le dedicaba una de sus sonrisas más coquetas. Aunque nunca en su vida se imaginó hablando de sexo con Rose, ni mucho menos planteándole semejante propuesta.
Asintió con una sonrisa cuando le prometió entradas al desfile, sería interesante ir, no sólo por acompañar a Rose, sino porque a esos eventos siempre iban chicas lindas. -¿Serás tú quien modele los diseños?- inquirió curioso lanzándole una mirada apreciativa, tratando de imaginarla sobre una pasarela. -Entonces no me culpes- sonrío cuando ella misma aceptó su responsabilidad, o algo así. Levantó la mirada de su helado, y se dio cuenta de que Rosalie ya no sonreía, experimentando de nuevo esa sensación de que algo sucedía. -¿Qué ocurre?- preguntó dejando la cuchara sobre la tarrina y apoyando los antebrazos sobre la mesa, totalmente dispuesto a conseguir una respuesta.
Asintió con una sonrisa cuando le prometió entradas al desfile, sería interesante ir, no sólo por acompañar a Rose, sino porque a esos eventos siempre iban chicas lindas. -¿Serás tú quien modele los diseños?- inquirió curioso lanzándole una mirada apreciativa, tratando de imaginarla sobre una pasarela. -Entonces no me culpes- sonrío cuando ella misma aceptó su responsabilidad, o algo así. Levantó la mirada de su helado, y se dio cuenta de que Rosalie ya no sonreía, experimentando de nuevo esa sensación de que algo sucedía. -¿Qué ocurre?- preguntó dejando la cuchara sobre la tarrina y apoyando los antebrazos sobre la mesa, totalmente dispuesto a conseguir una respuesta.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
-Ese es el punto. En este preciso momento no necesito a alguien que me abstraiga del mundo. Todo lo contrario- Se encogió de hombros con mueca resolutiva. No tenía mucho más que añadir a eso. Había dejado su punto de vista claro. -¿Caballeroso? Tantos golpes en la cabeza si que te cambiaron...- Dijo sorprendida ante el adjetivo con el que se autodenominó. -O quizás por eso sacas esos temas, ¿porque no eres caballeroso?- Preguntó alzando una ceja fingiendo sentirse confusa. Sus ojos se abrieron como platos y por un segundo se le olvidó respirar. ¿Aquello estaba siendo una proposición? Tuvo que ser rápida para recobrar la compostura y que no se le notara. -¿Es una proposición, Cacciatore?- Preguntó arqueando las cejas e inclinándose ligeramente hacia delante. Estaban llevando demasiado lejos sus típicas piques. Y seguramente ninguno quería ceder. Pero estaba poniendo al límite a Rose, que ante la sola idea le dio un vuelco al estómago. Pero era su amigo de la infancia, bajo ninguna circunstancia se iba a permitir pensar en él en esos términos.
-No. Yo tengo que preparar el desfile desde bambalinas. Además... no doy la altura suficiente para desfilar- Suspiró con pesadez. Desde pequeña no solo había adorado el diseño, si no también había soñado con llevar ella esos diseños. Y, a pesar de su buena forma física, le faltaban un par de centímetros. -Claro que te culpo. Eras una mala influencia para mi rebeldía- Siguió ensimismada en echarle las culpas a él por la fatídica noche en la que mojó a un tío desconocido. -No... nada... solo...- Ocultó su cara entre las manos y evitó que las lágrimas resbalaran por sus mejillas, pero sus ojos se habían tornado cristalinos. Mientras siguiesen sus manos de barrera al exterior, no habría problema. Cogió aire para no quebrarse y que su voz no temblara. Debía verse fuerte, así que cuando levantó la cara, estaba visiblemente mejor. Pero interiormente seguía destrozada. -Eh... mi padre está internado en el hospital. No quería decírtelo porque es la primera vez que nos vemos desde hace años y tenía que ser un reencuentro feliz... pero... está en coma desde hace algunos meses- En todo aquel discurso sonaba bien y fuerte, pero en aquella última frase se pudo notar el momento frágil que vivía.
-No. Yo tengo que preparar el desfile desde bambalinas. Además... no doy la altura suficiente para desfilar- Suspiró con pesadez. Desde pequeña no solo había adorado el diseño, si no también había soñado con llevar ella esos diseños. Y, a pesar de su buena forma física, le faltaban un par de centímetros. -Claro que te culpo. Eras una mala influencia para mi rebeldía- Siguió ensimismada en echarle las culpas a él por la fatídica noche en la que mojó a un tío desconocido. -No... nada... solo...- Ocultó su cara entre las manos y evitó que las lágrimas resbalaran por sus mejillas, pero sus ojos se habían tornado cristalinos. Mientras siguiesen sus manos de barrera al exterior, no habría problema. Cogió aire para no quebrarse y que su voz no temblara. Debía verse fuerte, así que cuando levantó la cara, estaba visiblemente mejor. Pero interiormente seguía destrozada. -Eh... mi padre está internado en el hospital. No quería decírtelo porque es la primera vez que nos vemos desde hace años y tenía que ser un reencuentro feliz... pero... está en coma desde hace algunos meses- En todo aquel discurso sonaba bien y fuerte, pero en aquella última frase se pudo notar el momento frágil que vivía.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
Chasqueó la lengua y sacudió la cabeza de un lado a otro sin añadir nada más al respecto. Sí que era dura esa chica. Habría pensado que tras tantos años y la terapia a la que asistió, Rosalie hubiese cambiado aunque fuera un poco en cuanto a las relaciones interpersonales, pero al parecer era cierto eso de "árbol que nace torcido jamás se endereza". -Siempre he sido caballeroso, sólo que tú estabas muy ocupada pensando en llevarme la contraria que nunca te diste cuenta- aseguró sin hacer caso de su aparente confusión. Mantuvo su expresión sin quitarle los ojos de encima, no se había esperado aquella respuesta, pero ni loco se echaba para atrás, por más rara que se hubiese tornado esa discusión. Imitó a Rose inclinándose hacia adelante todo lo que la mesa le permitió -Sólo si tú así lo quieres- contestó sin cambiar el tono de voz, no iba a dejarse ganar estando en su terreno de juego, por más que se tratara de Rosalie y que la idea de llevar su amistad a otro plano le pareciera absurda.
-Seguro que puedes hacer ambas cosas- dijo antes de que ella comentara lo de su altura -tonterías, son tus diseños y es tu desfile, puedes hacer lo que quieras- no veía la supuesta importancia de la estatura. Se echó a reír negando con la cabeza -Seguro que tú madre se encargó de repetir eso tantas veces que terminaste por creerlo- la señora Mólling siempre lo consideró una mala influencia para su hija. Definitivamente aquello no parecía "nada", las alarmas empezaron a sonar en la cabeza de Niccolò cuando la vio cubrirse el rostro -¿Qué pasa Rose?- preguntó con suavidad visiblemente preocupado, no soportaba ver llorar a una chica, mucho menos a una chica que le importaba. Aquella información fue como un balde de agua fría, el padre de su amiga siempre le había simpatizado, pues no lo había tratado como su esposa. -Yo... Rose... Lo siento mucho- no sabía qué decirle, así que se levantó para rodear la mesa y sentarse junto a ella, pasándole el brazo por los hombros -¿Qué dicen los médicos?- preguntó queriendo saberlo todo, especialmente ansioso de poder ayudar a su amiga.
-Seguro que puedes hacer ambas cosas- dijo antes de que ella comentara lo de su altura -tonterías, son tus diseños y es tu desfile, puedes hacer lo que quieras- no veía la supuesta importancia de la estatura. Se echó a reír negando con la cabeza -Seguro que tú madre se encargó de repetir eso tantas veces que terminaste por creerlo- la señora Mólling siempre lo consideró una mala influencia para su hija. Definitivamente aquello no parecía "nada", las alarmas empezaron a sonar en la cabeza de Niccolò cuando la vio cubrirse el rostro -¿Qué pasa Rose?- preguntó con suavidad visiblemente preocupado, no soportaba ver llorar a una chica, mucho menos a una chica que le importaba. Aquella información fue como un balde de agua fría, el padre de su amiga siempre le había simpatizado, pues no lo había tratado como su esposa. -Yo... Rose... Lo siento mucho- no sabía qué decirle, así que se levantó para rodear la mesa y sentarse junto a ella, pasándole el brazo por los hombros -¿Qué dicen los médicos?- preguntó queriendo saberlo todo, especialmente ansioso de poder ayudar a su amiga.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
-Si hubieras sido caballeroso nunca me hubieras llevado la contraria con tanto ímpetu- Se cruzó de brazos reconociendo que sus riñas eran interminables, y que lo importante ahí no era quien las empezaba, sino quien las hacía interminables. Y ahí ninguno se dejaba ganar. De nuevo se encontraban en ese terreno, pero se sentía mucho más empantanada que cuando era una cría. Ahora quería cesar el juego pero sin perder. ¿Como hacer eso cuando sientes que no quieres que sea un juego? Ese tipo de pensamientos románticos alteraban a la no tan pequeña Rosalie. -No, gracias. No eres mi tipo- Tuvo que recomponer la compostura y volvió a poner su espalda derecha, rompiendo el tono más íntimo en él que había entrado. Pero si no lo cesaba, no sabría hacerlo más tarde. Aunque... ¿cual era su tipo?.
Sonrió cuando Niccolò la animó a desfilar, pues, al fin y al cabo eran sus reglas. -Lo sé, pero... prefiero no desfilar. Será un día de mucho estrés y debo cerciorarme de que todo anda correcto- Sonrió nerviosamente. Debía ponerse ya con la tarea o ni siquiera habría desfile. Prefirió no comentar nada acerca de su madre. Nicco sabía como era y siempre se había encargado de quitarle un poco las alas. Pero aún así la quería, y no se encontraba en una situación familiar perfecta para criticar a ninguno de sus miembros. Tenían que ser un equipo.
Cogió aire antes su última pregunta. -Los médicos... no saben muy bien.- Se encogió de hombros. Sí que lo sabían, y las posibilidades de salir adelante depositadas en él por los médicos eran mínimas. Pero Rose tenía sus propias opiniones y sus planes. -Pero... estoy segura de que saldrá de esta. Mi padre es fuerte- Sonrió con más positivismo. -Pero no hablemos de esto... ¿que tal con tu papá en Italia todos estos años?- Preguntó con curiosidad intentando que su mente viajara a otros rincones. Aunque no sabía si era el adecuado, nunca habían tenido una muy buena relación.
Sonrió cuando Niccolò la animó a desfilar, pues, al fin y al cabo eran sus reglas. -Lo sé, pero... prefiero no desfilar. Será un día de mucho estrés y debo cerciorarme de que todo anda correcto- Sonrió nerviosamente. Debía ponerse ya con la tarea o ni siquiera habría desfile. Prefirió no comentar nada acerca de su madre. Nicco sabía como era y siempre se había encargado de quitarle un poco las alas. Pero aún así la quería, y no se encontraba en una situación familiar perfecta para criticar a ninguno de sus miembros. Tenían que ser un equipo.
Cogió aire antes su última pregunta. -Los médicos... no saben muy bien.- Se encogió de hombros. Sí que lo sabían, y las posibilidades de salir adelante depositadas en él por los médicos eran mínimas. Pero Rose tenía sus propias opiniones y sus planes. -Pero... estoy segura de que saldrá de esta. Mi padre es fuerte- Sonrió con más positivismo. -Pero no hablemos de esto... ¿que tal con tu papá en Italia todos estos años?- Preguntó con curiosidad intentando que su mente viajara a otros rincones. Aunque no sabía si era el adecuado, nunca habían tenido una muy buena relación.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
Se echó a reír ante esa especie de reflexión de Rose, después de todo su amistad se basaba en un tira y afloja constante en el que ninguno quería ceder -Nadie es perfecto- comentó para "justificar su falta". Fijó sus ojos en los de Rosalie, tratando de descifrar lo que pensaba, pero si le era casi imposible de niños, ahora mucho más. Rió nuevamente entre dientes cuando ella se echó para atrás argumentando que no era su tipo, eso ya lo sabía y de sobra, pero no se movió ni un ápice -Tú te lo pierdes- aseguró en la misma tónica, antes de retroceder -De todos modos, tú tampoco eres el mio- se encogió de hombros dedicándole una sonrisa torcida, y como si nada regresó su atención al helado que empezaba a derretirse.
-Mientras tu decisión sea porque así lo deseas y no por los estándares de los demás- comentó dejando pasar el tema, si había algo que le molestaba sobremanera era que los demás le dijeran cómo actuar y decidieran sobre su vida, siendo esa la causa principal de las peleas con su padre.
No le gustaba verla así, ni mucho menos saber que no la estaba pasando bien. Apretó brevemente su brazo alrededor de los hombros de Rose mientras la escuchaba hablar -Ya verás que sí, pronto saldrá de esta- aseguró -¿Y no han consultado otro tipo de... Especialistas?- preguntó consciente de que la señora Mólling no era adepta a las diferencias de especie, pero tenía entendió que algunos seres podían tener poderes curativos. La liberó de su abrazo pero no regresó al lugar donde estaba antes, sino que se estiró para recuperar lo que le quedaba de helado, resoplando ante la mención de su padre -Sobrevivimos- musitó tomando una cucharada enorme de helado, sintiendo que se le congelaba el cerebro. -Pretende decidir cómo debo vivir mi vida, y ya sabes lo mal que se me da aceptar que me digan lo que debo hacer- resumió rodando los ojos.
-Mientras tu decisión sea porque así lo deseas y no por los estándares de los demás- comentó dejando pasar el tema, si había algo que le molestaba sobremanera era que los demás le dijeran cómo actuar y decidieran sobre su vida, siendo esa la causa principal de las peleas con su padre.
No le gustaba verla así, ni mucho menos saber que no la estaba pasando bien. Apretó brevemente su brazo alrededor de los hombros de Rose mientras la escuchaba hablar -Ya verás que sí, pronto saldrá de esta- aseguró -¿Y no han consultado otro tipo de... Especialistas?- preguntó consciente de que la señora Mólling no era adepta a las diferencias de especie, pero tenía entendió que algunos seres podían tener poderes curativos. La liberó de su abrazo pero no regresó al lugar donde estaba antes, sino que se estiró para recuperar lo que le quedaba de helado, resoplando ante la mención de su padre -Sobrevivimos- musitó tomando una cucharada enorme de helado, sintiendo que se le congelaba el cerebro. -Pretende decidir cómo debo vivir mi vida, y ya sabes lo mal que se me da aceptar que me digan lo que debo hacer- resumió rodando los ojos.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
Le fue complicado seguir manteniendo su sonrisa de suficiencia cuando él continuó con ese tono seductor por unos pocos segundo más. Sintió como se le erizaba la piel bajo su jersey y tiró de las mangas, aunque no pudiera verse se sentía avergonzada. Aunque su orgullo se sintió ligeramente herido cuando declaró que ella tampoco era su tipo. -Las Rosalie Mólling del mundo somos demasiado para ti- Rió entre dientes como si no estuvieran en su lista por el simple hecho de posibilidades, pero sin el tono coqueto que tenían con anterioridad. Aunque... si se detenía a mirarlo con detalle... "Rose, no continúes en esa línea" se tuvo que decir a sí misma para rebajar sus hormonas.
-Es porque así lo quiero, tranquilo. Ese es mi deber como diseñadora, y fue lo que yo decidí- Asintió con la cabeza. A la edad de 17 aún seguía soñando con ser ella quien desfilara y quien posara ante las cámaras. Pero se había decantado por el diseño. Siempre podía llevar en la calle sus trabajos.
Sus gestos afectivos alrededor de sus brazos la hacían querer llorar y hundir la cabeza en sus hombros como cuando era pequeña. Recordó en ese instante la escena en el baño en el que echó a llorar sin remedio, y él estuvo ahí para consolarla. Pero ahora que era mayor, no quería dar esa imagen de muchacha frágil y débil. Quería ser una mujer fuerte a pesar de las adversidades. -Lo sé. Muy pronto estaremos haciendo vida normal- Asintió con más energía. Tenía que centrar su mente en pensamientos negativos. -No... tienen médicos expertos, pero su situación es... delicada- Apretó los parpados al decir la última palabra. Prefirió decir eso antes que decir que estaba más cerca de la muerte que de la vida. Sacudió la cabeza para dejar sus problemas a un lado y atender a su amigo. -Se te da mal aceptar cualquier cosa con la que no estés de acuerdo- Dijo riendo levemente. Aún estaba algo perjudicada por el tema anterior, pero debía dejarlo atrás. -¿Como está Marianni? ¿Te dejó marchar de Italia sin más?- Preguntó sorprendida. El amor que se tenían los Cacciatore era inmenso, y que su hermana mayor lo dejara marchar sin llorarle a mares, le sorprendía.
-Es porque así lo quiero, tranquilo. Ese es mi deber como diseñadora, y fue lo que yo decidí- Asintió con la cabeza. A la edad de 17 aún seguía soñando con ser ella quien desfilara y quien posara ante las cámaras. Pero se había decantado por el diseño. Siempre podía llevar en la calle sus trabajos.
Sus gestos afectivos alrededor de sus brazos la hacían querer llorar y hundir la cabeza en sus hombros como cuando era pequeña. Recordó en ese instante la escena en el baño en el que echó a llorar sin remedio, y él estuvo ahí para consolarla. Pero ahora que era mayor, no quería dar esa imagen de muchacha frágil y débil. Quería ser una mujer fuerte a pesar de las adversidades. -Lo sé. Muy pronto estaremos haciendo vida normal- Asintió con más energía. Tenía que centrar su mente en pensamientos negativos. -No... tienen médicos expertos, pero su situación es... delicada- Apretó los parpados al decir la última palabra. Prefirió decir eso antes que decir que estaba más cerca de la muerte que de la vida. Sacudió la cabeza para dejar sus problemas a un lado y atender a su amigo. -Se te da mal aceptar cualquier cosa con la que no estés de acuerdo- Dijo riendo levemente. Aún estaba algo perjudicada por el tema anterior, pero debía dejarlo atrás. -¿Como está Marianni? ¿Te dejó marchar de Italia sin más?- Preguntó sorprendida. El amor que se tenían los Cacciatore era inmenso, y que su hermana mayor lo dejara marchar sin llorarle a mares, le sorprendía.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
Asintió con la boca llena de helado -En eso estamos totalmente de acuerdo- concordó moviendo la cuchara mientras hablaba -Son demasiado complicadas, estiradas, cabezotas, y no se dejan llevar por lo que sienten- le dedicó una mirada traviesa al decir lo último -Mi tipo es más... apasionado... Y no me refiero únicamente al sexo- aclaró antes de que volviera a reñirle por tocar temas personales con ella. Si algún día lejano decidía tener una relación durante más uno o dos meses, no querría a su lado una mujer para quien los sentimientos y emociones estuvieran en un segundo plano, él era demasiado efusivo y una actitud como la de Rose le daba la sensación de estar chocándose contra una pared constantemente.
-Si necesitas algo, cualquier cosa avísame, ¿vale?- ofreció con sinceridad -Así sea compañía en el hospital- le sonrió, la verdad era que el olor de las clínicas y hospitales le descomponía, haciéndole palidecer y marear, pero por Rose no le importaría hacer un esfuerzo, tal vez acompañada se le hiciera un poco más leve esa situación. -Que bien me conoces- apuntó con una sonrisa orgullosa, tal vez no era su mejor característica, pero si por la que intentaba regir su vida. Su humor cambió totalmente ante la mención de su hermana -Mar empezó a llorar a moco tendido como un mes antes de que viajara- sonrió sin ápice de burla, echaba mucho de menos a Marianni a pesar del poco tiempo que llevaban separados -Dijo que organizaría todo para venir a Nueva Orleans- le contó -Pero no viviremos juntos, yo ya quiero emanciparme y aunque ella no lo vea necesario, también le hará bien aprender a vivir sola - comentó, independientemente de lo poco afectuosa que fuera la relación entre Marianni y Franco, él la tenía muy consentida y su hermana necesitaba conocer el mundo real. -¿Y tú madre que tanto me quiere, sabe que te verías conmigo?- preguntó curioso, tratando de imaginar la cara de la señora Mólling si lo viera de nuevo.
-Si necesitas algo, cualquier cosa avísame, ¿vale?- ofreció con sinceridad -Así sea compañía en el hospital- le sonrió, la verdad era que el olor de las clínicas y hospitales le descomponía, haciéndole palidecer y marear, pero por Rose no le importaría hacer un esfuerzo, tal vez acompañada se le hiciera un poco más leve esa situación. -Que bien me conoces- apuntó con una sonrisa orgullosa, tal vez no era su mejor característica, pero si por la que intentaba regir su vida. Su humor cambió totalmente ante la mención de su hermana -Mar empezó a llorar a moco tendido como un mes antes de que viajara- sonrió sin ápice de burla, echaba mucho de menos a Marianni a pesar del poco tiempo que llevaban separados -Dijo que organizaría todo para venir a Nueva Orleans- le contó -Pero no viviremos juntos, yo ya quiero emanciparme y aunque ella no lo vea necesario, también le hará bien aprender a vivir sola - comentó, independientemente de lo poco afectuosa que fuera la relación entre Marianni y Franco, él la tenía muy consentida y su hermana necesitaba conocer el mundo real. -¿Y tú madre que tanto me quiere, sabe que te verías conmigo?- preguntó curioso, tratando de imaginar la cara de la señora Mólling si lo viera de nuevo.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
Rodó los ojos ante todos aquellos calificativos hacia su persona. No se sorprendía de que le hubiera puesto esas etiquetas a lo largo de todos esos años, pero, a pesar de ellos, habían tenido una bonita amistad. Así que no todo sería negativo. -Las personas racionales- decidió resumir todos aquellos calificativos dichos por el rubio en uno que sonara más apropiado y elegante. -también podemos ser pasionales, pero no nos sirve cualquier persona- Sonrió de modo un poco más misteriosa y seductora. El tono no era de coqueteo, pero sí trataba de esconder una historia personal en la que se hubiera descubierto una persona pasional. Aunque esa historia no existía. pero no le gustaba que Nicco la imaginara como totalmente fría.
Asintió con una débil pero agradecida sonrisa cuando él se ofreció a acompañarla en el hospital. -Muchas gracias pero no hace falta. No es el mejor lugar para pasar el rato, y... a mi madre no le gustan las visitas, pero eres muy amable por ofrecerte- Se encogió de hombros resumiendo el comportamiento de Audrey Mólling en pocas palabras. La mujer se encontraba en un estado vulnerable y odiaba que las personas la viesen en ese modo. Cuando sabía que recibirían visitas de familiares en el hospital, ese día se vestía y maquillaba para aparentar serenidad y tranquilidad.
Rió divertida al escuchar la reacción de su hermana cuando tomó la decisión de mudarse. Su relación siempre le había echo anhelar un hermano cuando era pequeña, pero al pensar que tendría que compartir todo se le pasaba en un abrir y cerrar de ojos. -¿Vendrá a Nueva Orleans?- Preguntó abriendo ampliamente los ojos por la sorpresa. Eso era amor incondicional. -Seguro que si vivieras con Mar tu piso estaría mucho más ordenado- Bromeó. Nunca había ido al apartamento de Nicco, pero podía imaginarse en que estado se encontraba. -Me alegrará volver a ver a Mar, aunque... seguro que sigue pensando que soy rarita...- Suspiró, pues, en sus pocos encuentros, había demostrado sus rarezas ante el contacto físico. A pesar de eso, a Rose le agradaba su hermana. -No. Preferí no preocuparla más- Soltó una carcajada, haciéndole creer que él la volvería a arrastrar al lado oscuro. Como si alguna vez lo hubiera hecho...
Asintió con una débil pero agradecida sonrisa cuando él se ofreció a acompañarla en el hospital. -Muchas gracias pero no hace falta. No es el mejor lugar para pasar el rato, y... a mi madre no le gustan las visitas, pero eres muy amable por ofrecerte- Se encogió de hombros resumiendo el comportamiento de Audrey Mólling en pocas palabras. La mujer se encontraba en un estado vulnerable y odiaba que las personas la viesen en ese modo. Cuando sabía que recibirían visitas de familiares en el hospital, ese día se vestía y maquillaba para aparentar serenidad y tranquilidad.
Rió divertida al escuchar la reacción de su hermana cuando tomó la decisión de mudarse. Su relación siempre le había echo anhelar un hermano cuando era pequeña, pero al pensar que tendría que compartir todo se le pasaba en un abrir y cerrar de ojos. -¿Vendrá a Nueva Orleans?- Preguntó abriendo ampliamente los ojos por la sorpresa. Eso era amor incondicional. -Seguro que si vivieras con Mar tu piso estaría mucho más ordenado- Bromeó. Nunca había ido al apartamento de Nicco, pero podía imaginarse en que estado se encontraba. -Me alegrará volver a ver a Mar, aunque... seguro que sigue pensando que soy rarita...- Suspiró, pues, en sus pocos encuentros, había demostrado sus rarezas ante el contacto físico. A pesar de eso, a Rose le agradaba su hermana. -No. Preferí no preocuparla más- Soltó una carcajada, haciéndole creer que él la volvería a arrastrar al lado oscuro. Como si alguna vez lo hubiera hecho...
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
Enarcó una ceja al pensar que Rose se hubiese dejado llevar con alguien y su curiosidad innata no le dejaría vivir en paz hasta saber todos los detalles -¿En serio? ¿Y qué persona te vale?- preguntó con una media sonrisa, rehusándose a dejarla zanjar el tema. No lograba concebir una imagen de Rosalie Mólling en una relación normal, con todos los altibajos que conllevaba.
Asintió una única vez, comprendiendo sus razones, ya se inventaría algo para distraerla, imaginaba que no quería despegarse de su padre, pero no podía limitar su vida a la universidad y al hospital -Ya que no me quieres ahí, no podrás negarte a salir conmigo de vez en cuando- sentenció con su sonrisa más encantadora -Ahora que he regresado tenemos que recuperar el tiempo perdido- agregó sin cambiar de expresión.
La dejo hablar cruzándose de brazos tras terminar por completo su helado, pensando en pedir otro. Se echó a reír abiertamente cuando se llamó a sí misma rarita -Mar aún te recuerda como la chica que usó guantes de piel de dragón para subir al transporte público- bromeó antes de chasquear los dedos, como si hubiese tenido la mejor idea del mundo -Ya se, cuando Mar llegue le haré una cena de bienvenida y tú irás también- no le estaba preguntando su opinión, lo estaba dando por sentado -Así la saludas y ves que mi apartamento está impecable, y de paso probarás mis especialidades culinarias- aunque no pareciera, le gustaba cocinar y no se le daba tan mal, tal vez lo había heredado de su padre.
Asintió una única vez, comprendiendo sus razones, ya se inventaría algo para distraerla, imaginaba que no quería despegarse de su padre, pero no podía limitar su vida a la universidad y al hospital -Ya que no me quieres ahí, no podrás negarte a salir conmigo de vez en cuando- sentenció con su sonrisa más encantadora -Ahora que he regresado tenemos que recuperar el tiempo perdido- agregó sin cambiar de expresión.
La dejo hablar cruzándose de brazos tras terminar por completo su helado, pensando en pedir otro. Se echó a reír abiertamente cuando se llamó a sí misma rarita -Mar aún te recuerda como la chica que usó guantes de piel de dragón para subir al transporte público- bromeó antes de chasquear los dedos, como si hubiese tenido la mejor idea del mundo -Ya se, cuando Mar llegue le haré una cena de bienvenida y tú irás también- no le estaba preguntando su opinión, lo estaba dando por sentado -Así la saludas y ves que mi apartamento está impecable, y de paso probarás mis especialidades culinarias- aunque no pareciera, le gustaba cocinar y no se le daba tan mal, tal vez lo había heredado de su padre.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
-Tendrás que vivir en la ignorancia. Al menos en este tema- Sonrió de manera ladina. No pensaba contarle nada, en concreto porque si contaba algo serían puras mentiras, y tampoco quería comportarse de manera falsa con alguien que había sido su mejor amigo durante años.
Tensó los labios en una media sonrisa. Esta no significaba que no quisiera pasar tiempo con el brujo, pero su tiempo últimamente era limitado, aunque esperaba que la situación cambiara pronto. -Claro, estoy de acuerdo en eso. Pero tendrás que ser paciente conmigo. Estoy en mi último año y no puedo perder el ritmo. Pero prometo intentar mantenerte en mi agenda- La última frase la dijo con un tono más jocoso. Como si su agenda estuviera llena de planes perfectos... pero no quería que el tinte de la conversación fuera tan oscuro. Se tapó la cara con las manos, avergonzada de la escena que le recordaba. -Mi doctor podía haber echo su trabajo más rápido...- Sentenció con las mejillas rojas, culpando a su psicólogo de que su trastorno obsesivo compulsivo no se hubiera solucionado antes. -Está bien- Asintió con la cabeza al plan de su amigo. -Me gustaría que Mar cambiara su concepción de mí, y estoy segura de que podríamos llevarnos bien- Sonrió amistosamente. Su hermana siempre le había parecido algo afín con sus gustos, pero debido a sus manías nunca había conversado en exceso con ella. -¿Sabes cocinar?- Preguntó alzando ambas cejas mientras tomaba un poco más de su batido. -Creo que eso me sorprende casi más que que tu apartamento pueda estar impecable- Bromeó buscando otra vez uno de sus habituales piques. -Tendré que llevar muchos de mis deliciosos brownies por si la comida falla- Suspiró retirándose el pelo que había caído enfrente de su cara después de haberse reído de sus dotes culinarias. -Que fallará- Pronosticó en voz baja, pero lo suficiente para que él lo escuchara, con una sonrisa maliciosa.
Tensó los labios en una media sonrisa. Esta no significaba que no quisiera pasar tiempo con el brujo, pero su tiempo últimamente era limitado, aunque esperaba que la situación cambiara pronto. -Claro, estoy de acuerdo en eso. Pero tendrás que ser paciente conmigo. Estoy en mi último año y no puedo perder el ritmo. Pero prometo intentar mantenerte en mi agenda- La última frase la dijo con un tono más jocoso. Como si su agenda estuviera llena de planes perfectos... pero no quería que el tinte de la conversación fuera tan oscuro. Se tapó la cara con las manos, avergonzada de la escena que le recordaba. -Mi doctor podía haber echo su trabajo más rápido...- Sentenció con las mejillas rojas, culpando a su psicólogo de que su trastorno obsesivo compulsivo no se hubiera solucionado antes. -Está bien- Asintió con la cabeza al plan de su amigo. -Me gustaría que Mar cambiara su concepción de mí, y estoy segura de que podríamos llevarnos bien- Sonrió amistosamente. Su hermana siempre le había parecido algo afín con sus gustos, pero debido a sus manías nunca había conversado en exceso con ella. -¿Sabes cocinar?- Preguntó alzando ambas cejas mientras tomaba un poco más de su batido. -Creo que eso me sorprende casi más que que tu apartamento pueda estar impecable- Bromeó buscando otra vez uno de sus habituales piques. -Tendré que llevar muchos de mis deliciosos brownies por si la comida falla- Suspiró retirándose el pelo que había caído enfrente de su cara después de haberse reído de sus dotes culinarias. -Que fallará- Pronosticó en voz baja, pero lo suficiente para que él lo escuchara, con una sonrisa maliciosa.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
Soltó un bufido mientras su expresión se tornaba afligida -No se vale, yo que siempre te cuento todo - se quejó haciéndose el sufrido, ya buscaría la manera de sonsacarle información, no podía creer que en el mundo existiera alguien capaz de quitarle la racionalidad y frialdad a Rose, de ser así tendría que presentarle sus respetos y darle un premio xD.
La miró divertido cuando prometió ajustar su agenda para quedar con él -Ohhh gracias Rosalie Mólling por intentar darme un poco de tu tiempo - bromeó gesticulando de más, su amiga nunca cambiaría y aquellas rarezas eran lo que la hacían diferente a cualquier otra persona que conociera. Se echó a reír al ver su vergüenza y prefirió no agregar nada más, después de todo el hecho de que reaccionara así, dejaba ver que su terapia si que había funcionado. -Seguro, a ella también le gusta la ropa... y esas cosas de chicas - movió ligeramente la mano, como indicando el poco sentido que le veía a las cosas que hacían las mujeres.
Asintió inflando el pecho con orgullo -No soy un chef experimentado, pero no se me da mal - la cocina era de los pocos espacios en que su padre y él coincidían sin pelear, pues ambos disfrutaban cocinando. Un brillo de reconocimiento apareció en su rostro, antes de ser opacado por una sonrisa burlona -Creía que nunca en tu vida te volverías a acercar a un brownie- comentó sin explicar sus palabras, convencido de que Rose lo entendería. Rió entredientes y asintió -absolutamente nada - aseguró, esperando que la velada no terminara como la vez que vio a su amiga cerca de un brownie, diez años atrás. Movió su tarrina vacía hacia un lado y llamó a la camarera para pedirle la cuenta -¿Quieres que te acompañe a casa?- ofreció, ya había oscurecido y no le apetecía dejarla ir sola, seguía siendo tan sobreprotector como antes; además, no le apetecía despedirse aún.
La miró divertido cuando prometió ajustar su agenda para quedar con él -Ohhh gracias Rosalie Mólling por intentar darme un poco de tu tiempo - bromeó gesticulando de más, su amiga nunca cambiaría y aquellas rarezas eran lo que la hacían diferente a cualquier otra persona que conociera. Se echó a reír al ver su vergüenza y prefirió no agregar nada más, después de todo el hecho de que reaccionara así, dejaba ver que su terapia si que había funcionado. -Seguro, a ella también le gusta la ropa... y esas cosas de chicas - movió ligeramente la mano, como indicando el poco sentido que le veía a las cosas que hacían las mujeres.
Asintió inflando el pecho con orgullo -No soy un chef experimentado, pero no se me da mal - la cocina era de los pocos espacios en que su padre y él coincidían sin pelear, pues ambos disfrutaban cocinando. Un brillo de reconocimiento apareció en su rostro, antes de ser opacado por una sonrisa burlona -Creía que nunca en tu vida te volverías a acercar a un brownie- comentó sin explicar sus palabras, convencido de que Rose lo entendería. Rió entredientes y asintió -absolutamente nada - aseguró, esperando que la velada no terminara como la vez que vio a su amiga cerca de un brownie, diez años atrás. Movió su tarrina vacía hacia un lado y llamó a la camarera para pedirle la cuenta -¿Quieres que te acompañe a casa?- ofreció, ya había oscurecido y no le apetecía dejarla ir sola, seguía siendo tan sobreprotector como antes; además, no le apetecía despedirse aún.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
Edad : 30
Re: Pastelería Delocious
Sonrió estrepitosamente al ver su reacción exagerada cuando le agradeció que buscara algo de tiempo para él. -Ya ves, los triunfadores debemos quedar de vez en cuando con nuestros amigos de la infancia para no perder nuestras raíces y poner los pies en el suelo- Llevó la broma un poco más allá, moviendo y ladeando la cabeza de manera pausada y elegante. -¿¡Esas cosas de chicas!?- Exclamó poniendo el grito en el cielo. -Ten un poco de respeto. Algún día me dedicaré a la moda, y que lo deseches como cosas de chicas... ¿acaso los hombres no se visten?- Bufó negando exageradamente, aunque sabía que su amigo era un caso perdido.
-No se te da mal...- Repitió con temor en su voz. -Si el mismísimo Niccolò Cacciatores, la persona menos humilde del planeta, dice que no se le da mal...- Frunció el entrecejo con una mueca confusa. -Prefiero abstenerme y no acabar envenenada- Sonrió con malicia. Nicco siempre se echaba flores, y que ese no fuera el caso le hacía dudar de que lo que llamaba "cocinar" pudiese darsele bien. Se mordió el labio inferior cuando trajo a su memoria el suceso del brownie. Había sido un día pésimo para ella, sin duda alguna. -Siempre que no estés cerca, no corro riesgo- prefirió darle un punto de vista algo más alegre, aunque no pudo sonreír del todo, pues aún lo pasaba mal al recordarlo. -Invito yo- Sacó del bolso el monedero y dejó sobre el ticket las monedas justas con algo de propina. -No hace falta, el bus me deja justo al lado de casa- Dijo levantándose y poniendose su abrigo. -Estamos en contacto para vernos de nuevo, ¿de acuerdo?- Le dijo mientras se dirigían a la entrada del local para despedirse.
-No se te da mal...- Repitió con temor en su voz. -Si el mismísimo Niccolò Cacciatores, la persona menos humilde del planeta, dice que no se le da mal...- Frunció el entrecejo con una mueca confusa. -Prefiero abstenerme y no acabar envenenada- Sonrió con malicia. Nicco siempre se echaba flores, y que ese no fuera el caso le hacía dudar de que lo que llamaba "cocinar" pudiese darsele bien. Se mordió el labio inferior cuando trajo a su memoria el suceso del brownie. Había sido un día pésimo para ella, sin duda alguna. -Siempre que no estés cerca, no corro riesgo- prefirió darle un punto de vista algo más alegre, aunque no pudo sonreír del todo, pues aún lo pasaba mal al recordarlo. -Invito yo- Sacó del bolso el monedero y dejó sobre el ticket las monedas justas con algo de propina. -No hace falta, el bus me deja justo al lado de casa- Dijo levantándose y poniendose su abrigo. -Estamos en contacto para vernos de nuevo, ¿de acuerdo?- Le dijo mientras se dirigían a la entrada del local para despedirse.
Rosalie Mólling- Mensajes : 50
Re: Pastelería Delocious
-Seguro que algo se me ocurre para mantener tus pies en el piso - sentenció con firmeza, ya de niños siempre se las había ingeniado para que Rose intentara ser un poco más normal. No siempre conseguía los resultados deseados, pero al menos se divertía llevándola al límite de su paciencia. Se encogió en su asiento y se tapó los oídos con ambas manos ante el grito que pegó -Prometo que cuando te dediques a eso, me lo tomaré un poco mas en serio - dijo en su defensa esbozando una sonrisa de disculpa, a veces olvidaba lo exagerada que era.
Rió abiertamente ante aquel análisis tan pesimista de su amiga -Te gustará, lo prometo, sino, siempre podemos pedir una pizza - aseguró jovial, esperando que en realidad le gustara su sazón. -Entonces será una velada al límite, mi piso es bastabte pequeño, tentarnos a tu suerte - mintió sólo para incordiarla, además ese día no había sido para nada su culpa el accidente de Rose. -¿Qué? No se vale- se quejó al ver que era más rápida que él en pagar la cuenta, ella siempre se esforzaba en no dejarlo ser caballeroso y luego le echaba en cara que era un patán. Se puso de pie rápidamente para seguirla fuera de la pastelería -Ya que tú pagaste muy en contra de mi voluntad, yo te llevo a casa - sentenció posando su mano izquierda en la parte baja de la espalda de Rose y usando la derecha para llamar un taxi, no la dejaría rechazar su compañía, era lo menos que podía hacer.
Rió abiertamente ante aquel análisis tan pesimista de su amiga -Te gustará, lo prometo, sino, siempre podemos pedir una pizza - aseguró jovial, esperando que en realidad le gustara su sazón. -Entonces será una velada al límite, mi piso es bastabte pequeño, tentarnos a tu suerte - mintió sólo para incordiarla, además ese día no había sido para nada su culpa el accidente de Rose. -¿Qué? No se vale- se quejó al ver que era más rápida que él en pagar la cuenta, ella siempre se esforzaba en no dejarlo ser caballeroso y luego le echaba en cara que era un patán. Se puso de pie rápidamente para seguirla fuera de la pastelería -Ya que tú pagaste muy en contra de mi voluntad, yo te llevo a casa - sentenció posando su mano izquierda en la parte baja de la espalda de Rose y usando la derecha para llamar un taxi, no la dejaría rechazar su compañía, era lo menos que podía hacer.
Niccolò Cacciatore- Mensajes : 124
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