Habitación 1

Estaba a la mitad del turno y realizando algunas de sus vigilancias nocturnas a algunos pacientes en observación, todo parecía normal en cuanto a los pacientes que vigilaba incluso para aquellos que se encontraban bastante mal de salud. Decidió dirigirse hacia la morgue para un bocadillo rápido, tenía entendido que un paciente acababa de morir hacia un par de horas de un ataque al corazón y para esas horas los encargados del área ya no estarían presentes así que sin problema podría servirse un poco de comida, no era lo que mas le gustaba precisamente pues la sangre de los muertos perdía bastante sabor respecto a la de alguien cuyo corazón aun latía. ¿Qué se le iba a hacer? Seguramente alguien vería con malos ojos si se desaparecía algunas horas e iba al centro de la ciudad para atrapar a alguien, no, aquello no estaba en discusión...

De pie junto al elevador esperaba que las puertas se abrieran cuando una enfermera del piso llego a toda velocidad junto a él diciéndole algo que incluso el consideraba imposible, uno de los pacientes en coma que atendía había despertado casi por acto de un milagro. Se dirigió de inmediato a la habitación, incluso lo había visto hacia un par de horas y seguía tan inerte como antes sin una pizca de posibilidades de despertar. Llegó hasta la habitación y tomo su linterna y estetoscopio acomodando la campanilla sobre el pecho del señor Molling, latidos normales y respiración normal, de inmediato encendió la linterna y la colocó sobre los ojos del hombre, una vez mas sus reacciones fueron normales. Esto incluso le extraño a él. - Señor Molling, ¿me escucha? - preguntó con tono suave sin quitarle la vista de encima tratando de descifrar que había pasado. - Esta en el hospital, soy el doctor Ross - e increíblemente el hombre asintió con su cabeza, consciente de todo, ¿cómo era posible que alguien cuyo cerebro ya no emitía impulsos eléctricos estuviera así? No era posible, no había manera... - Enfermera por favor llame a los familiares del señor Molling - no importaba la hora esas noticias no llegarían en mal momento para alguien desesperado. Solo esa misma noche había pedido la autorización a los familiares para desconectarlo pues la junta médica había decidido que era lo mejor debido a los nulos resultados de las ultimas pruebas que hubieran otorgado alguna esperanza, el mismo superviso estos resultados, aquello no tenía sentido.

Tras haber terminado el ritual e invocar a Hades en busca de ayuda, se apresuró a llegar al hospital. El taxi la dejó en la puerta y sin importarle que su cabello y zapatos fueran encharcando las baldosas blancas subió hasta el cuarto piso. Se sabía de memoria el camino con todo el tiempo que había pasado en aquel lugar; hasta enfermeras que no cuidaban de su padre la conocían. Abrió la puerta de golpe, sin esperarse que el médico estuviera dentro. -¿Pasó algo? ¿Está bien?- Preguntó preocupada de que aún no hubiera despertado. Caminó rápido hasta posicionarse al lado de hombre y descubrir que su padre tenía los ojos entreabiertos. -Papá...- Susurro dejando escapar un largo suspiro de alivio y dejando la pesada bolsa que portaba. Tenía los ojos brillantes y las lágrimas de felicidad se acumularon en el lagrimal. Con la manga del vestido negro evitó que se derramaran por sus mejillas. Odiaba llorar en público. -Papá, estoy aquí, ya pasó todo- Tomó la mano de su padre, acariciándola en suaves círculos con el dedo gordo. Sentir que correspondía a su muestra de afecto, aunque fuera muy débilmente, la hizo sentir más calmada. Quería poder estrujarlo entre sus brazos, pero seguramente no era lo más adecuado aún.  -Doctor, está... ¿está bien no?- Regresó la mirada al licenciado. Quería estar segura de que eso era una buena señal y que no recayese de nuevo en el coma. En ese momento llegó la señora Mólling, que había sido avisada hacía un rato por las enfermeras. -¡Rose! ¡Ha despertado! ¡Tenías razón!- Dijo entrando al cuarto con voz jovial y abrazando a su pequeña para luego acercarse a la cama y observar a su marido, que aún despertaba soñoliento de un largo sueño. Obviamente Audrey ya venía informada con la buena noticia.-¿Como ha podido suceder este milagro, doctor Ross?- Preguntó la madre bastante alegre con lo sucedido. En cambio Rose tragó saliva, ¿su recuperación tendría una explicación médica a pesar de haber sido obrada por Hades? Eso la dejó inquieta, y esperó temerosa su respuesta. Aunque eso le daba igual. Su padre había despertad.

Parecía que aquel evento no solo le había sorprendido a él como médico, también a otros tantos que trabajaban con él y no era para menos la situación era ya sorprendente y parecía no tener explicación. Por las cosas que alcanzaba a escuchar desde el pasillo entre el poco personal que poblaba los pasillos de noche aseguraban que era un milagro, pero los milagros como lo llamaban no venían gratis, aunque seguramente ya estaba produciendo ideas en su cabeza, incluso para él aquello era extraño y buscarle explicación.

Las pruebas continuaron brevemente, su paciente parecía tan consciente aunque con secuelas obvias, pero bastante capaz de poder responder usando señas mínimas. Solicitaría algunos exámenes que seguramente le harían a primera hora por la mañana en cuanto el encargado llegase. La primera seña de que alguien venía inesperadamente apareció solo un momento despues de notificarle al señor Molling que había permanecido en coma. - Señorita Molling me alegra que viniese -  le saludo con brevedad, la había visto pasar varias noches con su padre, cuidandolo practicamente todo el tiempo, aunque eso no le había quitado oportunidades de dar un buen bocado ocasionalmente. Si fuera un sujeto sentimental aquella reunión le hubiera sacado algunas lágrimas en lugar de asquearle un poco, a veces no entendía mucho las muestras afectivas aunque suponía que la gente se ponía feliz por buenas noticias como aquellas, tomando en cuenta que aquello era como traer a la vida un muerto. Respiró profundamente por acto de inercia y... ¿aquel olor era sangre?, frunció ligeramente el entrecejo pues hacía unos momentos no lo sentía. - Ha resultado sorprendente su recuperación - le informó recobrando la seriedad aunque aquel inconfundible olor seguía allí. - Ya he solicitado algunos exámenes sin embargo las pruebas que he hecho aseguran que sus reacciones son normales, sus reflejos parecen atrofiados así como su capacidad de hablar aunque esto suele ser normal, sin embargo... - aseguró haciendo una pausa al escuchar una nueva voz entrar a la habitación. - No encuentro una explicación, esta misma tarde los resultados no nos arrojaban buenas expectativas sin embargo ahora, me he quedado sin palabras - aseveró informando a la mujer y su hija, incluso él estaba sorprendido y sin una idea de como explicar tal evento, pero para él y otros médicos, aquello no era algo que pasara pues las probabilidades eran ciertamente, nulas.

Tensó una sonrisa al descubrir cómo de sorprendido estaba ante la inexplicable recuperación de Roger, aunque para Rose esta situación no era tan milagrosa; ya que además, iba a costarle un alto precio. De todos modos, trató de restarle importancia. -Supongo que a veces pasan estas cosas...- Apuntó encogiéndose de hombros y apretando aún más fuerte la mano de su padre. En su rostro y en el de su madre se mostró la preocupación que sentían cuando mencionó que sus reflejos parecían algo atrofiados. Se estremeció al pensar que quizás Hades tan solo le había dado un adelanto hasta que se cumpliera el pago... pero sus músculos se relajaron algo más al escuchar que era lo normal después de varios meses en coma. Eso esperaba y deseaba. Aunque por sus palabras dedujo que a su padre aún le quedaban unos cuantos días internado. -Dígame... ¿cuando podrá volver a casa?- Se apresuró a preguntar la señora Mólling. Rose se apartó un poco de su padre para ponerle una mano en el hombro a su madre y relajarla. -La vuelta a casa no corre prisa, lo primordial es que esté bien- Sonrió dulcemente a la mujer, aunque cada vez que volvía la mirada al médico algo en esta cambiaba; se endurecía. Era importante que le hicieran varios exámenes. No sabía nada de medicina, pero quería asegurarse de que Hades o el accidente por sí solo no hubieran dejado secuelas que más adelante pudieran agravarse. Aunque estaba igual de ansiosa que ella, pero sabía ocultarlo mejor. Hace unos cuantos años estaría orgullosa de ella, de aquel espíritu férreo que le había enseñado para mantener las apariencias. Ambas mujeres esperaron a que el doctor las informara en más detalle. Aunque a esas horas de la noche ya no había mucho más que decir. Si le hacían más pruebas sería a la mañana, así que alguna de las dos se quedaría a pasar la noche con Roger.

Cuando no había lógica en los sucesos todos albergaban la idea de pensar en explicaciones religiosas, con la diferencia que si algo sabía el era que otros sucesos bien podrían haber interferido. ¿Podría ser acaso algo mas fuera de cualquier error medico? los humanos finalmente eran tan poca cosa que rara vez a ellos les tocaba experimentar algo mas allá de su comprensión. - Debo confesar que esto ha sorprendido a todo el equipo médico del hospital - confesó tocándose una ceja con su indice confundido a su manera sin embargo seguro de cada palabra. Su mirada se encontró con la de la mujer madura. - Su hija tiene razón, aun tenemos que hacer algunas pruebas más y asegurarnos de que todo marcha bien, es muy pronto para asegurar cuando podra llevarlo a casa, de cualquiera manera deberá tener algunos aparatos médicos en casa sobretodo mientras esta en rehabilitación, contratar a una enfermera que le ayude sería prudente también, -  explicó, por lo menos ellas parecían felices, a el su curiosidad acababa de encenderse pues como doctor quería saber lo que acababa de ocurrir. Mientras decía esto, camino en dirección a lo largo de la habitación para mirar un archivo que la enfermera le pedía revisar, justo al pasar junto a la hija del señor Molling sintió de nuevo, esta vez mas fuerte el olor a sangre aunque aun era débil no en gran cantidad aparentemente, pero si algo curioso para él ciertamente. - En cualquier caso, puede venir a mi oficina cuando guste para que hablemos sobre eso a mas detalle, o si su hija prefiere hacerlo y de esta manera usted pueda permanecer junto a su esposo, puede hacerlo las puertas de mi oficina están abiertas - dijo prosiguiendo de manera amable, fingiendo tal cosa por supuesto, una cosa mas acababa de unirse a su curiosidad para explicar la recuperación de Roger.