Móvil de Niccolò

Desde hacia ya casi dos meses podría decirse que Rose Mólling vivía en el hospital. Su padre seguía sin mejorar, tal y como habían dicho los médicos, pero ella no perdía la esperanza. Nunca lo haría. En última instancia, había estado investigando secretamente como invocar a los Dioses. De todas formas, se encontraba durmiendo en el incómodo sofá que había en la habitación del hospital cuando sonó su teléfono móvil. Se estremeció al pensar que podía ser alguna nota de clase. No había estado muy atenta últimamente. Pero era un número desconocido. Lo abrió con el ceño fruncido, aunque enseguida su expresión cambió. Le bastó con leer la primera linea del mensaje para saber que se trataba de su mejor amigo de la infancia. Nunca había llegado a conectar tan bien con nadie como con él, a pesar de sus múltiples discusiones. Y la pregunta más obvia de todo ese asunto era, ¿como podía olvidarse de él cuando había sido el primero en arrancarle una sonrisa después de dos meses negros?

Niccolò, me alegra saber que regresaste a Nueva Orleans, ya empezaba a olvidarme de tí
Te esperaré mañana a las cinco en la heladería de siempre.
Un saludo

SMS

"Hola hermanito, la fiesta es el viernes a partir de las doce en el almacen abandonado de las afueras, si vas solo puedo pasar a recogerte, si vas con Rose tendrás que buscarte la vida Te quieroo! bss"